martes, 11 de mayo de 2010

Maftasan, cap 3





En ese momento se escuchan tres golpes desde la puerta de la habitación
Rubén – Adelante.
La puerta se abre y entra Marce cargando con ambas manos una bandeja en la que lleva una pava de la que se ve salir un leve vapor, tres tazas con sus respectivos platitos, cucharas y bolsitas de te, una cesta con panes tostados, un pequeño plato con manteca, mermelada de frutilla y tres untadores.
Rubén – Ustedes saben llegar para la hora del desayuno ¿Que paso con el colegio?
Mario – No es culpa nuestra que vos desayunes tarde.
Joel – Mandamos a la nena, suficiente para enterarse si pasa algo.
Rubén – Esta perdida la juventud ¿Vos que decís Marce?
Tras haber apoyado la bandeja en el escritorio, habiendo tenido que hacer lugar a la fuerza entre pilas de papeles y libros, Marce servía agua caliente en las tazas. Entregando la primera a Joel contesta.
Marce – Seguramente los niños habrán tenido una razón más que importante para dejar de lado sus obligaciones. Ellos saben lo importante que es cumplir con el deber. ¿O me equivoco? – Enuncia mirando a los ojos a Mario al entregarle su taza recién servida.
Mario – Claro, claro. Razones muy importantes tenemos.
Rubén – ¿Y a donde los van a llevar sus importantes razones cuando terminen de comerme el desayuno? Gracias Marce
Marce – Un placer.
Acto seguido Marce dio media vuelta y salió de la habitación.
Joel – Y probablemente a ver si pescamos algo ¿Vos tenés algo que hacer?
Rubén – A la una tengo un almuerzo con una señorita estudiante, al cual no están invitados ustedes.
Mario – ¿Tenés miedo de que veamos los pescados que te andas comiendo?
Rubén – Tengo miedo de que te vea y salga corriendo, petiso horrible.
Mario – Cerrá el orto
Joel – ¿Es otra de tus activistas por un buen sueldo?
Rubén – Tal ves ¿Te molesta esa causa?
Joel – No es que me moleste la causa, pero la mayoría de los que están en esas movidas son los que no están trabajando. Son los únicos que tienen suficiente tiempo libre.
Rubén – Alguien tiene que salir a pelearla, sino la situación no va a mejorar nunca para los que trabajan.
Mario – “Partido Vagos por el Trabajador” deberían llamarse.
Joel – Juntarían un par de votos mas con ese nombre, la juegan de honestos.
Rubén – Se lo voy a sugerir a ver si le interesa.
Mario – Jajajaja, decíle que tienen mi voto si se cambian el nombre
Rubén – Para que tu voto valga algo primero tenés que poder votar.
Joel – Es un voto a futuro, tenés que trabajar a la juventud si querés ganar en las próximas.
Rubén – Eso ya es una idea más considerable.
Mario – Que buen pan compran en tu casa, así me vas a tener siempre desayunando o merendando acá.
Joel – O ambas.
Rubén – Le voy a decir a Marce que cambie de panadería.
Joel – Si le decís eso seguro va a comprar un kilo en cada panadería en ves de dos en la misma.
Rubén – Probablemente, debe pensar en la mitad de los habitantes del pueblo a lo largo de cada día ese hombre.
Joel – O mas, Marce debería postularse para gobernador, creo que tendría bastante mas éxito que los tres chantas de siempre.
Mario – Fuera de joda, lo conoce una importante parte del pueblo te digo.
Rubén – Probablemente tenga unas buenas chances de ganar si se postula. Pero es demasiado considerado para ser gobernador, no podes preocuparte porque todo el mundo este cómodo si sos gobernador.
Mario – ¿Porque no? Seria una buena promesa de campaña. “Comodidad para todos, de la mano de Marce” – Enunció formando un rectángulo con los dedos índice y pulgar.
Joel – “Para que no te incomode que te sigamos explotando”.
Mario – No es un gran avance pero es algo. Es honesto por lo menos.
Rubén – Ustedes dos tiene que formarse un partido, delirantes de hoy votantes de mañana.
Joel – ¡JA!, juntamos medio colegio.
Rubén – El único problema es que cuando pasan a ser votantes dejan el partido.
Mario – Es un pre-partido. El calentamiento antes de entrar a la cancha.
Joel – Les damos clases de estiramiento.
Mario – Jajajaja, empezamos cada reunión corriendo 5 minutos.
Rubén – Ya que van a estar tan libres a la tarde me pueden hacer un mandado.
Mario – Que raro vos pidiendo que hagamos cosas.
Rubén – Si no querés hacerme un favor no vengas a comer ratón.
Joel – Ya, ya chicas, no se peleen. ¿Que necesitas?
Rubén – Toma, llevále esto al viejo Larrea. Decile que me disculpe por mandárselo tarde.
Rubén dice al abrir el segundo cajón de su escritorio, sacar un paquete de tamaño algo menor al de la guía telefónica del pueblo envuelto en papel madera y dárselo a Joel.
Joel – ¿Que es?
Rubén – Un libro, me presta uno por mes, este tarde un poco más en leerlo.
Mario- Como le entras a los libros, vivís en un cuento vos.
Rubén – No todo lo que se escribe son cuentos, aunque para saber eso tendrías que abrir más de dos libros por lo menos.
Mario – Cerrá el orto, yo leí bastante mas de dos libros.
Rubén – Si los que te dieron en el colegio, cuentitos para entretener a los nenes y no tener que darles clase.
Joel – No es acá nomas lo de Larrea, va a tener su precio este favor que pedís.
Rubén – Si lo haces no me debes el desayuno de hoy.
Joel – No, no, anótemelo en la cuenta este, ya me va a venir bien que me debas un favor.
Mario – Que ¡NOS! Deba un favor.
Rubén – A vos no te debo nada petiso feo, agradece que no te cobre lo que comes acá.
Mario – Ni que te comiera toda la heladera maricón.
Rubén – Acá comes dos veces al día mínimo.
Mario – Yo vengo a visitar, no es mi culpa que cada ves que vengo Marce me ofrece algo pa´ picar.
Rubén – Si, seguro, muerto de hambre, vayan dale que me voy a higienizar un poco.
Mario – Decile a Marce que no te ponga mucho talco en la cola.
Rubén – Decile a tu vieja que hoy llego tarde.
Joel – Ya, ya chicas, vamos dale, chau cuidate.
Rubén – Chau, no se pierdan en el campo.
Mario – Mandale saludos a tu nena.